Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

sábado, 9 de julio de 2011

Capítulo 7. Despedida

El cazador se había marchado ya, y Nana, como si supiese que ya no estaba allí reapareció de entre los árboles. No hacía ningún ruido. Se sentó sobre mi regazo y yo observé como el viento movía ferozmente las hojas de los árboles. Iba a haber tormenta.
Noté que algo me vibraba en el bolsillo y saqué el móvil, era Amy. “Nos vamos ya mismo, pero antes necesito hablar contigo, sal de tu casa, te espero en el bosque”.
Mi corazón se aceleró un poco, ¿se enfadaría si me veía fuera de casa? ¿Si veía que la había desobedecido? Tragué saliva y me levanté. Nana ya caminaba hacia la casa, era como si fuese siempre un paso por delante de lo que yo hiciese.
Cuando llegué a ver mi casa no vi a Amy, sino que vi a un chico agazapado al lado de un árbol. Me quedé quieta. No sabía si era un vampiro o un cazador. Me intenté ocultar entre los árboles, sin hacer ruido. El chico me miró con unos ojos fríos, pero sonrió. Le hizo una señal a alguien y una mano me agarró por la cintura y la otra me tapó la boca. Me estaban alejando de mi casa. Me di cuenta de que eran inmortales porque me movían muy deprisa.
Me dejaron caer al suelo. Mis ojos tardaron un rato en acostumbrarse a la cantidad de polvo que habían levantado y a la luz con la que me iluminaban la cara.
-          Es ella ¿no? – Era una voz masculina, hablaba rápido y parecía nervioso.
-          Si – Era una mujer, se agachó a mi lado y me hizo mirarla a la cara – Apaga eso, es una semi inmortal le harás daño en los ojos – Apagó la linterna y pude verle la cara. Era algo mayor que yo, de pelo castaño y un color de ojos que no sabría decir. Noté inmediatamente que era fuerte, su cuerpo se marcaba contra toda la camiseta. Miré a la chica que estaba a mi lado hablándome, diciendo cosas a las que yo no le estaba prestando atención…
-          ¡Amy! – Me taparon la boca cuando grité.
-          Más te vale que no te hayan escuchado.
-          ¿Quiénes? – Me levanté del suelo con rapidez, esa de la que ahora gozaba.
-          Tu casa está llena de cazadores, han… han matado a tus padres.
Se oyó un ruido en el bosque y seguido a eso el rugido lejano de unos perros.
-          Amy, tenemos que irnos o nos mataran.
-          ¿Vienes con nosotros? – Amy me miró con cara triste, yo aún no me había dado cuenta de lo que realmente me acababa de decir.
-          No hay tiempo – El chico me cogió en brazos y salió corriendo de allí. Se lo agradecí, porque cerré los ojos y me quedé dormida entre lágrimas, no sabría decir donde nos habíamos subido al coche.


Me desperté en el interior de un coche que recorría la carretera como si huyese de la salida del sol. Se iba a hacer de día en unos minutos y Amy era la que conducía. Me giré sobre mi misma y miré hacia el techo. Me di cuenta de que estaba apoyada sobre el regazo de aquel chico, parecía que venía con nosotras a donde Amy nos llevase. Él también estaba dormido. Me intenté incorporar y el mínimo movimiento ya le hizo abrir los ojos y mirarme, como si estuviese preocupado.
-          Amy – Hizo una pausa me miró y sonrió – Ya somos tres en el viaje.
-          Bien – Amy miró por el espejo retrovisor y me observó la cara – Ya queda poco para llegar – Volvió a mirar hacia la carretera – Así podremos hablar de lo que va a pasar y lo que les ha pasado a tus padres…
Dejó fluir esas palabras por el coche. Noté como el chico se movió incómodo y me miró con tristeza.
-          Están muertos por lo que soy – Me salió de los labios involuntariamente – Y como lo que soy mataré a aquellos que les hicieron eso.
-          Niña, el odio no es bueno, y menos cuando quieres matar a alguien, porque te ciega…
-          Amy, la enseñaremos bien, podrá matar a quien quiera, le enseñaremos como tú hiciste conmigo – El chico miró un momento a Amy y luego a mi – También mataron a mis padres, y maté al cazador que lo hizo.
-          ¿Te quedaste tranquilo después? – Le miré con curiosidad.
-          No – Negó con la cabeza – Pero soy lo que soy, y los mato para defenderme, no porque me de placer como dicen ellos, nunca me alimento de ellos, no somos como dicen.
-          Bueno ya hemos llegado.
Me incorporé dentro del coche y casi me di con la cabeza en el techo. El chico se rio por lo bajo y abrió la puerta del coche para bajarse.
Me bajé del coche y miré a mi alrededor sorprendida. Era una casa de madera, llena de musgo en las paredes, se camuflaba perfectamente con el entorno.
Amy abrió el maletero y empezó a sacar maletas y me sorprendí cuando me pasó dos que parecían las mías.
-          Me pasé por tu casa antes de irnos – Sonrió – Aunque me dijeras que te querías quedar no te lo habría permitido.
-          Gracias – Sonreí y pasé la mano por la cubierta de aquellas maletas, me traía recuerdos de todas las mudanzas que habíamos hecho.
-          Hoy descansa todo lo que quieras, mañana mandaré a Alex a buscarte temprano, ¿vale?
Asentí con la cabeza y entré detrás del chico que parecía llamarse Alex. El no llevaba maletas. Subí las escaleras detrás de él y me paré delante de una puerta que estaba abierta. Era una habitación enorme, con una cristalera desde la que se veían los acantilados de fondo.
-          Esa es la habitación que escogimos para ti, siempre será tuya – Me miró y se puso serio – Pase el tiempo que pase.
Se marchó y cerró la puerta una vez que estuve dentro. Me di cuenta de la realidad de aquellas palabras.

2 comentarios:

  1. Dios, por fin, llevaba esperando mucho el siguiente capítulo >.<
    Que pena lo de los padres. Por cierto, me gusta Alex, se ve muy mono *-*
    Sube el próximo pronto :)
    Besos.

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  2. siempre que le pongo de nombre Alex al chico me salen monos jajjaja
    un besito almu (: y graciias por pasarte^^

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