Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

martes, 19 de julio de 2011

Capítulo 9.

Llegué a la casa llena de ira. Dejé la moto en el garaje y salí al jardín. No sabía que iba a hacer pero necesitaba quitarme la rabia de encima. Miré fijamente a un árbol y no me lo pensé dos veces. Me lancé contra él y de un golpe lo rompí por la mitad y calló a mi lado.
-          Si cada vez que te dejamos ir haces eso nos vamos a quedar sin bosque – Alex me miraba riéndose.
Me lancé contra él enfadada, no estaba de humor, me había contenido para no matar a aquella chica, quería matarla, pero no lo hice por aquella daga, por él.
Paró mis manos con un solo movimiento. Moví una pierna por debajo de sus pies tirándole al suelo. Me soltó las manos y calló agazapado mirándome medio enfadado. Me preparé para recibir su ataque. Me lanzó una patada a la barriga, se la paré con una mano, le agarré la pierna con fuerza y le lancé contra un árbol. Se golpeó la espalda y se quedó allí sentado. Antes de que se levantase me senté encima de él mirándole y agarrándole la garganta con una mano, pero sin apretar.
-          No te vuelvas a reír de mi – Gruñí y al ver el hilito de sangre que le corría por el labio me di cuenta de lo que había hecho – Lo siento – Le solté la garganta y le pasé mi dedo índice por el hilito de sangre. Intente no llevármelo a la boca, pero lo hice.
-          No pasa nada – Me miró mientras no sacaba el dedo de la boca, realmente sabía muy dulce – Déjame ver – Me agarró el brazo derecho con las manos y pasó los dedos con cuidado por encima de una herida hasta que encontró lo que buscaba, con cuidado sacó un trozo de madera – Tienes que aprender a controlarte, porque si cada vez que te cruzas con una cazadora y no la matas haces esto no podrás estar cerca de mortales.
-          ¿Por qué? – Sonrió y señaló hacia el árbol y me hizo un gesto para que le mirase – Ah.
-          ¿Qué te puso tan furiosa? ¿A dónde fuiste? – Me apartó un mechón de pelo de la cara y me observó los arañazos que tenía.
-          Volví a mi casa, vi donde mataron a mis padres, y antes de que acabase aparecieron dos cazadores. Ella me vio y la ataque, cuando apareció el otro la use de escudo hasta marcharme.
-          Lo hiciste bien – Me movió con cuidado a su lado quitándome de encima de él. Cuando me di cuenta de cómo había estado colocada me sonrojé un poco – Si tienes su olor la próxima vez te será más fácil reconocerla, incluso entra la multitud – Se levantó y me tendió una mano – Eso es lo que hacen los rastreadores, pero con tu fuerza no te aconsejo que te especialices en eso.
-          ¿Entonces qué soy?
-          Yo diría por cómo me has abatido – Sonrió – Que eres una guerrera, la que en los equipos de rastreo de cazadores los mata.
-          Creo que voy a volver hoy a mi antigua casa, quiero registrarla para ver si encuentro algo que me lleve a quien mató a mis padres.
-          Como quieras – Me tocó con las yemas de los dedos la mejilla - Pero antes ve al baño y cúrate y límpiate un poco las heridas – Se separó y sonrió – Cualquier cosa ya sabes cuál es mi móvil.
Se marchó y me quedé allí quieta, mirando el árbol que había destrozado. Nana me observaba desde la ventana y subí a saludarla y a cambiarme de ropa.

≈ Yuri se había sentado al lado de una ventana para mirar hacia fuera. No se había hecho daño. Se quedó dormida y me marché de su habitación. Félix no nos preguntó nada de donde habíamos ido ni por qué Yuri había vuelto tan nerviosa, sino que nos dejó en paz, y se lo agradecí.
Bajé al garaje y me subí al coche. Metí las llaves en el contacto y deseé que estuviese allí.
El viaje se me hizo eterno pero cuando aparqué delante de la casa y la observé algo en mi interior se movió y me empujó a ir casi corriendo. Fui por la parte de atrás de la casa y entré, no sabía si estaría allí o no, pero no iba a ir sin verla. Miré en todo el piso de abajo y no había nadie ni ninguna marca de que hubiese estado allí. Eso me desanimó, pero subí al piso de arriba y una corriente de aire frío me sacudió. La puerta hacia una habitación estaba abierta.

≈ Esperé detrás de la puerta, con una mano apoyada en la pared y la otra en la puerta, esperando para cerrarla de golpe. Un chico entró en mi habitación, iba armado. “! Dos veces en un día ya es demasiado! ¡Dejar en paz mi casa!” Me lancé contra él y se dio la vuelta antes de que le tirase al suelo. Intentó sacar la espada y atacarme con ella, pero antes de que lo hiciese la cogí y la lancé escaleras abajo. Le sujeté las manos contra el suelo y le miré. Di un salto al verle la cara.
-          ¡Tú! ¿Qué haces aquí otra vez?
-          Hoy por la tarde te vi, esperaba que volvieses – No aflojé la fuerza sobre sus muñecas. Intentó soltarse haciendo fuerza con las piernas y me coloqué encima de él.
-          Ya me has visto – Le miré a los ojos, le recordaba, me acordaba de todo. Me agaché hasta quedarme a unos centímetros de su cara y le susurré al odio – ‘Primero intentas matarme y ahora esto’ – Intenté no sonreír, pero me salió natural.
≈ Hice toda la fuerza que pude y la giré colocándome yo encima. La observé, había cambiado, pero seguía siendo aquella inmortal.
-          ¿Por qué siempre que nos encontramos acabamos igual? – Me soltó las muñecas y apoyé una mano al lado de su cintura y la otra al lado de su cara. Se giró y pude notar cómo me olía la muñeca.
-          Estamos destinados a esto ¿no? Vosotros nos matáis, matáis a nuestras familias y nosotros a la vuestra.
-          ¿Por qué volviste aquí? ¿Por qué te fuiste?
-          Aquí vivían mis padres – Suspiró y su aliento rozó mi barbilla, me acerqué más a ella – Y me marché porque si no me habrían matado aquella noche.
-          ¿Y has esperado dos años para volver? – La miré con curiosidad, me di cuenta de que intentaba respirar poco, la miré a los ojos y vi que su color era demasiado intenso - ¿Por qué no me matas?
-          Porque no quiero hacerlo – Se levantó un poco y rozó con sus labios los míos - ¿Y tú por qué no me matas?
-          Porque no quiero – Sonreí y la besé. Me siguió el juego. Seguía sabiendo igual que hacía dos años, pero algo me extrañó, tenía los puños apretados contra el suelo. Me separé de ella y me di cuenta de lo que pasaba.
Sus ojos estaban cada vez de un color más intenso, intentaba no moverse. Me decidí a darle lo que quería. Me mordí con fuerza la lengua y sin que se diese cuenta la besé. Ella me siguió el juego, pero me di cuenta de que algo había cambiado cuando me acercó a ella con las dos manos. Estaba bebiendo la sangre que había en mi boca.
≈ Me sabía dulce, estaba disfrutando, llevaba demasiado tiempo sin probar sangre fresca y probarla en ese momento me relajó. Le agarré la cabeza con las dos manos y elevé un poco mi cuerpo para acercarme más, quería más.
Me levanté de golpe y me alejé de él, Amy me había advertido de lo que era tener un suministro de sangre fresca a tu lado, de poder bebértela toda, no había inmortal que pudiese resistir aquello una vez que empezaba a beberla.
Se movió en el suelo y se sentó mirándome. Cerré los ojos y retrocedí hasta encontrar la pared. Me apoyé en ella y me senté en el suelo. No abrí los ojos e intenté tranquilizar mi corazón. Noté que él se levantó y que se iba a acercar. Abrí los ojos de golpe y le miré.
-          No te acerques – Le señalé con un mano, sabía que si se acercaba no me podría contener. El aire que entraba por la ventana hacia de barrera entre nosotros y evitaba que todo el olor dulce llegase hasta mi. “Ese olor dulce, ese sabor, esa sensación” Saboreé la sangre que quedaba sobre mis labios y le miré – No vuelvas a hacerlo.
-          Nunca había visto a un inmortal alejarse de la sangre como has hecho tú ahora – No parecía preocuparle que le pudiese matar, sino que no lo había hecho, se acercó a mí y se colocó enfrente de mí.
-          No te acerques más por favor – Me estaban temblando las manos, oía como le latía el corazón, noté como la sangre se movía por sus venas, su respiración alterada… - Por favor – Le miré y en lugar de alejarse como le estaba pidiendo me agarró la cara entre las manos y me besó. Apenas tenía ya sangre en la boca, pero el sabor seguía ahí. Cerré los ojos y le besé, intentando frenar las ganas que tenía de más.
-          Pasa la noche conmigo – Me agarró por la cintura y me puso de pié, delante de él.
-          Te puedo matar – Le miré poniéndome seria – Debería matarte.
-          Pero no lo harás – Colocó una mano sobre mi mejilla y deslizó sus labios la curva de mi barbilla.
-          ¿Cómo lo sabes? – Me separé un poco de él y le miré a los ojos, seguían siendo los mismo ojos curiosos que recordaba.
-          Porque lo sé… - Me empezó a besar con dulzura, recorriendo mi boca con la suya.
Me acarició la cintura con sus manos y descendió conmigo hasta el suelo. Sus labios recorrieron mi cuello y oí como su corazón se aceleraba. Volvió a mi boca y sus besos empezaron a coger un ritmo frenético, que cualquiera habría reconocido…

2 comentarios:

  1. Me encantó el capitulo*-*
    Sobretodo la pelea con Alex, me gusta como la describes. Por cierto, gracias por tu comentario.
    Espero otro capi pronto.
    Besos.

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  2. Que tensión, este capítulo lo he llegdo a vivir >.< Dios y la pelea ha sido en plan...tensa.
    Espero el siguiente!!!
    Besos, Elenna

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