Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo 10

Lo primerísimo de todo siento no haber subido nada en tanto tiempo :S pero el verano a mi me pierde y buuff jajaj pero como ahora vuelve el curso y vuelve lo malo intentaré alegrar un poquito escribiendo más (: y ya me voy y os dejo el capi jajaj unBeso a Todaas! :D


Abrí los ojos algo desorientado. Busqué mi espada, pero no la encontré, cogí mi cuchillo. Apenas recordaba nada, solo tenía imágenes desordenadas, entonces la vi sentada en la ventana, mirándome con curiosidad. Recordaba su cuerpo, su sabor, sus besos, recordé la noche que había pasado con ella.
Dejé el cuchillo en el suelo y cogí la camiseta para ponérmela. Aún no era de día y el viento que entraba por la ventana me estaba helando. La observé con cuidado, apenas se movía de donde estaba, habría jurado que era una invención de mi cabeza de no ser porque el brillo de sus ojos era único.
-          No me mataste – Le sonreí. Terminé de vestirme y me acerqué a ella.
-          ¿Debería haberlo hecho? – Me miró seria, pero en sus ojos estaba la alegría que la hizo sonreír – Tendría que haberlo hecho – Me levantó la barbilla con un dedo – Pero no me atreví a morderte, supongo que aún no quiero acabar contigo – Sonrió, pero la realidad de sus palabras me hizo enmudecer, tarde o temprano uno de los dos tendría que morir.
-          Aún no, ¿qué tienes pensado hacer conmigo? – La miré intentando sonreír.
-          Nada – Hizo una línea con sus labios – Esperaré a que me intentes matar tu.
≈ Me quedé quieta, observando su reacción. Sabía que me tendría que matar, o que yo le tendría que matar, eso nadie lo podía negar.
-          ¿Por qué tiene que morir uno de los dos?
-          Porque somos lo que somos – Me levanté de la ventana y atravesé la habitación para coger mi chaqueta, me la puse y me volví a acercar a la ventana – Vigila no matar a alguno de mis amigos o te mataré – Le mordí el labio y salté por la ventana hasta mi moto.
Poco a poco la casa fue quedándose atrás, y cada vez iba más rápido en la moto. Me gustaba la sensación que me producía en el cuerpo la velocidad, apenas la notaba, pero el viento que iba acariciando mi cuerpo me parecía agradable.
Di un rodeo por la ciudad para ver si me seguía alguien. Cuando estuve segura de que no, salí de la ciudad y me dirigí hacia la casa, hacia mi nueva casa. Amy estaba en el estudio, en unos días quería ir a rastrear una zona de la que sospechaba que había un ‘nido’ de cazadores. Ese día íbamos a ir los tres juntos, por si pasaba algo buscar inmediatamente otro lugar para quedarnos. Me habían explicado que los cazadores rastreaban los últimos días de un vampiro con facilidad, siempre que se pudiesen exponer a su olor varios días, para eso usaban los perros.
Subí al piso de arriba y dejé la chaqueta encima de una mesa. Nana se acercó ronroneando, supuse que se habría preocupado al no verme por la noche. Desde que la encontré apenas se había separado de mí y tenía la costumbre de descansar a mi lado por la noche. Sus ojitos me miraron con tristeza y la cogí en brazos. Su ronroneo me tranquilizaba y como su corazón no latía era el único ruido e toda la habitación. Me habían enseñado a controlar los sonidos y escuchar los que solo yo quería, pero el hecho de poder relajarme y escuchar solo el ruidito de su ronroneo y su respiración me encantaba.
Dejé a Nana encima de la cama y me metí en el baño, necesitaba una ducha y cambiarme de ropa. No sabría decir cuánto tiempo estuve debajo del agua, pero el jabón de vainilla de estaba medio atontando. Salí del baño con una toalla alrededor del cuerpo y alguien abrió la puerta.
Con un movimiento rápido coloqué mi espalda contra ella y empujé hacia atrás para cerrarla.
-          Es una forma curiosa de decir que no estás visible – Oí como Alex se reía detrás de la puerta.
-          Si no llamas a la puerta es lo que obtienes – Sonreí aunque no me pudiese ver, supe que sabía que estaba sonriendo.
-          Abre, quiero hablar contigo – Me quedé quieta detrás de la puerta – Prometo no mirar…
-          Más te vale – La abrí y le miré seria – O te abatiré como ayer – Esbozó una sonrisa y me aparté, Nana se levantó y le fue a saludar.
-          Amy ya sabe la localización exacta de donde está el ‘nido’ – Abrí el armario y saqué unos pantalones vaqueros y una camiseta.
-          ¿Cuándo quiere ir? – Le miré y le hice un gesto para que se girase, lo hizo y dejé caer la toalla al suelo y me empecé a vestir – Ya te puedes girar.
-          Que rápida – Nana ronroneaba en sus brazos – Quiere ir mañana, a si que hoy toca entrenar.
-          ¿Ahora? – Arrugué la nariz, Alex asintió – Me ducho para nada – Alex se rió.
-          Tranquila no te vas a manchar, si lo haces bien, claro – Se acercó a mi cama y posó a Nana con cuidado – Te veo en el jardín, Amy quiere hablar contigo – Se giró y antes de desaparecer por la puerta me miró – La próxima vez que no vayas a estar por la noche tráemela, la encontré llorando en el tejado mirando hacia la carretera – Señaló a Nana y se marchó.
Me giré hacia ella y la miré con cariño. Siempre me habían gustado los gatos, pero nunca había oído que uno llorase por no ver a su ‘dueño’. La cogí en brazos y la apreté contra mí.
-          Te prometo que la próxima vez te avisaré, ¿vale? – Nana ronroneó y frotó la cabeza contra mi barbilla – Me lo tomaré como un sí.
Bajé las escaleras hacia el estudio. Nana se bajó y se marchó. Respiré hondo, aunque ya no me hiciese falta me tranquilizó. Abrí la puerta, Amy me esperaba apoyada sobre la mesa mirando un mapa y varios libros.
-          Zoe, acércate – Deslizó un mapa de la ciudad hasta delante de mi - ¿Reconoces este lugar? – Asentí – Es a donde vamos a ir hoy. Creemos que ahí es donde se reúnen varios grupos de cazadores.
-          ¿Nosotros tres contra todos?
-          No – Se rio – No estoy tan loca aún. Si conoces la zona me gustaría que nos guiases, no me fio de nadie de otro grupo – Asentí mirando el mapa, me parecieron los antiguos almacenes – Ahora vete, mañana por la mañana nos iremos de aquí.
Salí al jardín, donde Alex ya me esperaba para entrenar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario