Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

sábado, 26 de marzo de 2011

Capítulo 10.


Las clases se me pasaban cada vez más lentas. Tenía ganas siempre de ir a nadar, era para evadirme de todo, y también porque estaba descubriendo una parte de Alex que no mostraba en el instituto.
Taara había empezado a pasar algo de tiempo conmigo, y sus amigas se interesaban por mí. Como me había dicho Alex un día yo era la nueva y rara en aquel sitio, asique al principio se habían alejado un poco de mí.
En el laboratorio de ciencias me había tocado en la misma mesa que Taara y Alex. Cuestión de apellidos había pensado, pero por lo visto los grupos los formaban los alumnos, y ellos habían decidido no dejarme sola.

-          Diana… - Taara me pasó una mano por delante de los ojos - ¿Vamos este viernes al Odeón?
-          Uy! Lo siento Ta, es que ando pensando en cosas – Le sonreí – Compras, compras - Le guiñé un ojo.
-          Ya, ya, tú y tus cosas – Miró para Alex e hizo una mueca. Se acercó a mí y me susurró al oído - ¿Tú no te estás haciendo muy amiga de este?
-          ¿Por qué lo dices?
-          No sé – Suspiró exasperada. Era cierto que cada vez pasaba más tiempo con Alex, pero tampoco tenía mucho más donde elegir – No sé si te acuerdas de un chico llamado Marcos, con el que estás saliendo…
-          Sí, me acuerdo de él perfectamente, y creo que más que salir con él, estábamos de lio – Cogí mi libreta y me puse a apuntar lo que acababa de escribir la profesora en el encerado.
-          ¿Qué es eso de ‘estábamos’? ¿Ya no… - Taara se puso medio regía, se estaba poniendo nerviosa.
-          No lo sé – Miré para Alex, parecía que no se estaba enterando de nada. Yo no le había dicho nada de Marcos, nunca, y tampoco me parecía importante hacerlo, porque apenas le veía, y, últimamente no hablábamos nada – Ya sabes que está a las afueras y que hace mucho que no le veo.
-          ¿Y? Hay internet, móviles, cartero! – Taara se llevó la mano a la boca cuando se dio cuenta de que estaba medio gritando.
-          ¿Por qué te afecta tanto? ¿Es mi vida no? – La miré con curiosidad y me di cuenta de que toda la clase estaba haciendo lo mismo.
Pasamos toda la clase sin apenas hablar entre nosotras. Llegué a pensar que se había enfadado, pero no, nos despedimos como siempre, me dedicó una sonrisa y quedamos para el viernes por la tarde.

Eran las cuatro de la tarde y me intenté apresurar a llegar lo antes posible a la piscina. En el parque apenas había gente. Esperaba encontrarme con Alex por el camino, se había vuelto mi confesionario particular, y siempre estaba ahí para escucharme cuando más lo necesitaba.
Llegué a la piscina y la entrenadora del equipo de Londres me saludó. Ya me había ofrecido que me uniese al equipo, pero la verdad, no me apetecía mucho. Colaboraba en los entrenamientos cuando les faltaba alguien, pero ir a las competiciones me echaba un poco para atrás.
Cuando terminamos de entrenar se acercó a mí.
-          Hoy estás algo rara, ¿necesitas hablar? – Su sonrisa irradiaba confianza.
-          No quiero molestarte con mis problemas.
-          No me molestas, yo también fui joven, y sé lo que es necesitar hablar con alguien – Se sentó a mi lado y esperó a que los demás se marcharan – Cuéntame, ¿es por algún chico verdad?
-          Sí y no. A ver es que es complicado, mi vida en general es complicada – Me arropé con la toalla y me sequé un poco el pelo – Cuando llegué aquí conocí a un chico, pero llevamos meses sin hablar ni vernos en persona, y no sé si debería decirle que solo amigos, o si solo somos eso ya.
-          Las relaciones a larga distancia siempre son complicadas, pero tú tienes que hacer lo que sea mejor para ti, y no te dejes influir por nadie – Me miró y supo que había dado en el clavo - ¿Hay otra persona?
-          Es que… soy nueva vale, y tengo dos personas con las que me llevo bien, pero de ese chico dicen que es un ‘conquistador’ y un chico ‘malo’, pero conmigo no es así, y no sé si…
-          ¿Si sientes algo por él? – Se quedó pensativa un rato. No sabía qué hacer, si levantarme e irme o quedarme allí sentada esperando su consejo. Le estaba diciendo mis sentimientos a una persona que apenas conocía – Mi consejo es que te lo pienses bien. Con el chico que ‘estas saliendo’ háblalo lo antes posible porque se nota que te afecta, y con el otro, deja que pase un tiempo – Se levantó y recogió su bolsa de deporte – Y cuando necesites hablar dímelo ¿vale?
-          Vale – Me levanté y me fui hacia el vestuario.

La verdad me había ayudado, aunque no sabía qué hacer aún, una cosa la tenía clara, tenía que hablar con Marcos. Antes de salir del vestuario cogí mi móvil y le mande un sms. Un ‘llámame tenemos que hablar’ me parecía muy frío, pero era la verdad.
Salí del vestuario con la cabeza aún mojada y antes de salir por la puerta alguien me cogió la espalda y sin darme tiempo a reaccionar estaba en el agua. Unos chicos del instituto me habían tirado. Salí de la piscina y al mirarles me di cuenta de que eran los que iban siempre con Alex.
-          Mirarla, pobrecita que se ha mojado – No le dije nada ni hice nada, no quería meterme en problemas - ¿Qué pasa putita no tienes lengua? Comprobémoslo – Dos de ellos se acercaron a mí y me sujetaron por los brazos. Intenté soltarme, pero eran más fuertes que yo. El tercero se acercó a mí y me intentó besar. Le di un rodillazo en la entrepierna, se retorció y cuando me iba a pegar alguien le empujó al agua.
-          ¡Soltarla ahora mismo! – Era Alex, nunca me había alegrado tanto de verle. Los dos chicos me soltaron sin pensárselo, se notaba que le tenían miedo – ¡Largaros de aquí!
Los tres chicos se largaron corriendo, eran como niños pequeños huyendo de un adulto. Alex me miró de arriba abajo.
-          Hiciste bien en darle un rodillazo, se lo merecía – Se acercó a mí y me miró los brazos - ¿Estás bien? – Ante el roce de sus manos sobre mi piel me estremecí.
-          Supongo que sí – Le miré a los ojos y me di cuenta de que me había sonrojado - ¿Por qué estabas aquí?
-          Mis padres necesitaban ayuda en el bar por la tarde, asique no vine a entrenar, y vengo ahora – Miró para mi bolsa de deporte – Quédate conmigo un rato, si pones la ropa en los radiadores te secará, después te llevo a tu casa – Sonrió - No quiero que cojas un resfriado.
-          ¿Y cómo me vas a llevar, en brazos? – Sonreí.
-          Si quieres lo puedo intentar – Me miró y sonrió divertido – Aunque creo que será mejor que te lleve en moto ¿no?
-          Sí, creo que sí.

Me quedé en ropa interior y con una toalla esperando a que se me secase la ropa. Estar al lado del radiador era reconfortante, y mi ropa se estaba secando bastante rápido. Alex terminó de nadar y salió de la piscina. Se fue a vestir y cuando volvió yo también me había vestido.
-          Te toca sufrir un poco el efecto de la velocidad – Sonrió y esperó a que me pusiese a su lado.
-          Tranquilo, no me voy a poner a chillar – Le sonreí y sin darme cuenta pegué un traspiés y casi me caigo a la piscina otra vez. Alex me cogió entre sus brazos y me pegó a él. Sus ojos miraban a los míos y sus labios podían rozar perfectamente los míos, pero no lo hizo.
-          Sé que tienes novio – Se separó de mi y agarró su mochila, la había dejado caer para cogerme – No quiero tener problemas con él – Me puse roja, rojísima mejor dicho – Venga te llevo a casa.

Hicimos el viaje sin decir nada, ni el uno ni el otro. Me dejó en la puerta de mi casa y se despidió con un simple ‘Hasta mañana’.
Subí las escaleras desde el portal a mi casa con el corazón en un puño, y cuando crucé la puerta principal de mi casa no pude evitar pegar un chillido. Ordené las cosas de las piscina y las dejé preparadas para el día siguiente.
Cogí mi iPod y me tumbé en la cama boca abajo. Me habría encantado que me hubiese besado, le quería besar… ¿Por qué tenía que tener tantas dudas en la cabeza? ¿Por qué me estaba pasando esto?
Me quedé dormida enseguida, con la ropa de la calle y con la música poniéndole ritmo a una imagen que me perseguía, Alex mirándome a los ojos, tan cerca de mí…

No hay comentarios:

Publicar un comentario