Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

viernes, 22 de abril de 2011

Capítulo 3.

Llegué como pude al parque. Apenas había gente, no sabía cómo iba a reconocer al que me había enviado el sms, pero eso me daba igual, me encontraba cansada. Me senté en un banco y observé a mí alrededor. Todo estaba tan lleno de vida, aunque fuesen las diez de la noche, todo brillaba con luz propia.
Una chica se sentó a mi lado. Era alta, pálida, con el pelo muy oscuro y cuando me miró a los ojos pude ver sus ojos azules, fríos como el hielo.
-          Hola Zoe – Pegué un saltito, pero no me levanté - ¿Quieres beber algo? Pareces cansada – Abrió una bandolera que llevaba y sacó una botella con algo en su interior que parecía zumo de frutas. Cuando la destapó me di cuenta de que no era zumo – Asique, aún no eres completa – Me escrutó con la mirada – Pero para no serlo resistes muy bien la tentación de la sangre – Me colocó la botella delante de mis manos – Toma, te sentirás mejor.
Agarré la botella con miedo, no sabía si beber o no, no sabía qué era eso de completa. Me estremecí al oler la sangre, dulce, entrando a mi mente, llamándome, mi cuerpo deseaba saborearla. Empecé a escuchar todos los latidos de cada corazón, el ruido empezó a matarme, el olor a aquella misteriosa chica embriagó mis sentidos, mis labios buscaron la botella y mis manos les concedieron ese deseo…


≈ La observé desde la distancia. Estaba sentada al lado de una completa, y si percibía mi presencia podría matarme, especialmente porque  no creí que estuviese sola. Me acerqué un poco más para verla mejor. Parecía una chica normal, menos por el hecho de que estaba bebiendo sangre y parecía disfrutarlo.


≈ Aparté la botella de mis labios, mi cuerpo saboreó aquel sabor, su olor, la sensación de placer.
-          Sé que estás confusa, que esto puede resultar raro para ti – Se levantó de mi lado y casi sin darme cuenta yo hice lo mismo – Comprende que estás cambiando, poco a poco, pero estás cambiando – Cogió la botella de entre mis manos y durante unos segundos mis dedos siguieron la botella y mis ojos el líquido de su interior.
-          ¿A qué estoy cambiando? ¿Por qué estoy cambiando? – Seguía observando la botella, deseándola, pero mi cerebro iba por libre a mis sentidos - ¿Por qué me gusta tanto la sangre? ¿Qué eres?
-          Demasiadas preguntas para tan poco tiempo – Miró a algún lugar en mi espalda y frunció el ceño – Aquí somos vulnerables, y un cazador te ha seguido – Me agarró del brazo y en un acto reflejo te agarré el antebrazo y se lo coloqué en la espalda. Cuando me di cuenta la solté – Eres fuerte a pesar de tu juventud y con los años te harás astuta. Ven conmigo, déjame explicarte todo esto, solo hablar, no es necesario que te vayas de aquí, solo acompáñame unas horas.
La seguí fuera del parque y nos pusimos a andar por las calles, hasta que llegamos a una zona menos transitada, donde no había coches, donde apenas había gente, donde pude relajarme y escuchar…
Entramos por un portal a un piso. No era muy moderno y estaba completamente desamueblado aunque si tenía unos sofás y una nevera.
-          Siéntate Zoe, volveré ahora y responderé a todas tus preguntas.
Me senté en el sofá. La habitación daba una sensación sombría, con un olor a humedad y moho que debía de estar ahí desde hacía años. Los únicos muebles que había eran antiguos y estaban desgastados, no me pareció que nadie viviese allí.
De repente una mano rozó mi cuello por la parte de atrás. La agarré con fuerza, me levanté del sofá saltando por encima y empujando a aquella persona contra la pared. Sus ojos verdes se clavaron sobre los míos. Tenía una media sonrisa sobre sus labios y en su otra mano sostenía una daga colocada a escasos centímetros de mi pecho.
-          Debería matarte por atacarme – Casi escupió las palabras, su voz denotaba una gran seguridad y no apartó sus ojos de los míos.
-          Y yo a ti por sobresaltarme – Siseé, ¿Qué acababa de decir? ¿acabada de amenazarle? No me reconocí.
-          Eres tú la que está en esta casa como intrusa – Hizo un giro rápido y colocó mi espalda contra la pared. La daga seguía en su sitio pero ella se alejó un poco de mí, observándome, analizándome con sus pequeños ojos verdes.
-          ¡Sheila! – La chica de antes entró por la puerta y la niña casi desapareció de delante de mí – Perdónala, como tu es nueva, y muy protectora con esta casa, aquí vivió ella cuando nació ¿sabes?
-          Me podría haber matado… - Susurré.
-          No lo haría, es cauta y lista, sabe que no debía hacerlo – Se sentó en un sofá y me invitó a sentarme en el otro – Bueno, pregúntame lo que quieras.
-          ¿Qué sois? ¿Por qué me gusta la sangre? ¿Qué me va a pasar?
-          Somos inmortales al igual que tú, y la sangre te gusta porque dentro de los inmortales somos vampiros, nos alimentamos de sangre, aunque también de comida humana, porque todos hemos sido en un tiempo humanos, y no te va a pasar nada malo, siempre que me hagas caso y aprendas a defenderte de los cazadores…
-          ¿Vampiros? ¿De verdad existen?
-          Sí, y si quieres te enseñaré a ser una inmortal, a luchar, a usar tus habilidades, a no tener deseos de matar a todo humano que veas sangrar…

≈ Entré por la puerta de la sala, Yuri estaba sentada en el sofá y al verme entrar se giró hacia mí, con sus ojos inquisidores.
-          ¿Dónde has estado?
-          He salido a dar una vuelta.
-          ¿Ah sí? ¿Con el rastreador no?
-          Sí, pero tranquila no he matado a ninguno de tus queridos – Me enfadé por la realidad de esa frase, no había podido matar a aquella inmortal, había sido débil por un momento. Yuri se levantó enfadada.
-          No la mataste porque no pudiste – Se dirigió hacia la puerta y me lanzó una piedra – A ver cuando entiendes que no somos tan diferentes a ellos.
Observé la piedra que me tiró. Era una piedra luna, una piedra que brillaba con el contacto de cualquier ser vivo que no fuese humano. Se encendió con una lucecita blanca al contacto con mi piel. Yuri tenía razón, aunque ellos fuesen menos humanos que nosotros seguían siendo humanos.
Agarré la piedra con fuerza y la lancé contra la pared.


≈ Sheila seguía revoloteando, con la daga, por la sala, aunque parecía que me empezaba a aceptar allí.
-          Entonces, ¿yo me estoy convirtiendo en una vampira porque tengo un antepasado que lo fue?
-          Todos tenemos uno, en cada familia suele haber alguno, y cuando un vampiro muere en su familia nace otro inmortal, que con el paso de los años se hará completo o no.
-          ¿Pero como mueren si son inmortales?
-          Somos inmortales durante unos años, podemos vivir quinientos años, incluso más, pero eso no significa que no podamos morir antes – La chica me miró a los ojos – Por cierto Zoe, me llamo Amy.
-          Entonces – Ignoré ese dato – Amy – Para que no pensase que no la estaba escuchando - ¿Puedo llegar a controlar el ruido? ¿Los olores? ¿Las ansias de sangre?
-          Puedes aminorarlos, pero no cesarlos – Sonrió – Aunque no seas tan impaciente, todo a su tiempo, primero tienes que aprender a defenderte.
-          ¿De qué, no se supone que soy inmortal?
-          Aún no – Se levantó de la silla y abrió un cajón en la cocina – Aún no eres una completa, por eso eres muy vulnerable ante los cazadores – Volvió con una lágrima rosa – Quiero que te pongas esto al cuello y que no te lo quites hasta que yo te lo diga, esto te ayudará a saber si alguien es un cazador o no, y si están cerca.
-          ¿Cómo lo sabré? ¿Hasta cuándo tendré que llevarlo?
-          Lo sabrás porque te lo dirá, sentirás algo en tu interior que te lo dice – Me sonrió – Lo llevarás hasta que seas capaz de matar a un cazador, y ahora vete.
-          Pero… - Nos levantamos y fui hasta la puerta de entrada - ¿Matar?
-          Sí, algún día matarás a cazadores, como el que te seguía por la tarde, algún día es posible que le mates…
-          Algún día le mataré… - Musité, todo aquello resultaba tan extraño, pero tan real.

≈ Miré por la ventana de mi habitación, con la daga aún en la mano, mirándola.
-          Algún día la mataré…


2 comentarios:

  1. me encanta tu blog!!!
    me hago segui vale?¿¿
    yo hoy he echo un blog, es de una novela =D
    pasate xfis!! y si te gusta hazte segui (L)
    http://nunca-olvides-quien-eres.blogspot.com/

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