Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

sábado, 30 de abril de 2011

Capítulo 4.

El sol me dio en la cara y me giré en la cama. Noté algo frío en el cuello y abrí los ojos para ver que era. Era el colgante que me había dado Amy el día anterior, más bien esa noche. Lo toqué con dos dedos y pude ver como en su interior brillaba una lucecita.
Me levanté de la cama colocándome un poco el pelo. ¿Había sido todo real? ¿No era un sueño? Entonces… era una inmortal… Me reí. Aquella palabra resultaba graciosa y ridícula. Pensé en cómo se lo tomarían mis amigos, pero entonces recordé lo que me había dicho Amy, “No debes decirle a nadie lo que eres, no hasta que sepas defenderte a ti y a ellos, podrían matarlos”. Lo que menos quería era poner en peligro a mis amigos, aunque verles temblar ante algo estaría genial.
Me vestí con un chándal negro y una camiseta negra. Me giré para colocar el pijama sobre la almohada cuando vi a la gatita. “Ai madre sigues aquí”. Ronroneó y me pareció que seguía durmiendo. Podía oír su pequeño corazoncito latiendo relajado. Me rugieron las tripas.
Bajé las escaleras casi volando, no me iba a acostumbrar nunca a ir tan rápido. Abrí la nevera y saqué el cartón de leche. Cogí los cereales de la alacena y un bol. Desayuné lo más rápido que pude y subí a mi habitación. La gatita seguía durmiendo, estaba tan tranquila que me dio pena despertarla, asique la dejé ahí durmiendo. Cerré la puerta de mi habitación y me marché a la calle.
No sabía muy bien a donde iba, no me acordaba mucho de donde estaba el piso, pero ya me acordaría, lo primero que iba a hacer era intentar controlar los ruidos, asique iba a empezar en el parque. No había mucho ruido y cuando lo consiguiese me iría hacia la carretera.
Debían de ser cerca de las doce del medio día, porque el sol estaba muy alto, aunque no hacía calor, una bruma cubría toda la ciudad y me atrevería a decir que la gente tenía frío.
Llegué al parque e hice lo que me había mandado Amy que hiciera antes de concentrarme para controlar algo, miré la lágrima que colgaba de mi cuello y no brillaba, asique busqué un árbol y me senté a su lado. Estaba relajada, apenas había ruido, apenas había olores. Cerré los ojos y me concentré en el ruido de los coches, poco a poco se fueron alejando. Creía que ya lo tenía dominado, pero entonces una pelota me golpeó la pierna y pegué un chillido, tan agudo que me hizo doler la cabeza.
El niño recogió la pelota, asustado, intenté sonreír, pero ni me miró y salió corriendo.
Volví a cerrar los ojos, no me iba a mover de allí hasta que controlase el ruido de los coches, hasta que pudiese abrir los ojos y moverme controlando los ruidos.

≈ Yuri me había dicho que ni se me ocurriese matarla, pero había algo personal ya con ella. Quería matarla para demostrarme a mí mismo que no tenía un punto débil, que no había algo que me fuese a parar en seco algún día, para no tener que arrepentirme de no haber matado a una inmortal.
Sabía donde vivía, asique decidí pasarme por su casa, aunque, como yo esperaba, no había nadie. Pude notar su olor, estaba cerca de ser una completa.
Seguí su olor hasta el parque donde la noche pasada se había reunido con Amy. Ella era la encargada de guiar a los nuevos inmortales, y a diferencia de los demás, a ella no la podíamos tocar, porque, si lo hacíamos, estaríamos matando a una mortal.
Me adentré en el parque buscándola, pero no la encontré. Tenía que estar allí, en algún sitio. Me senté en un banco, justo cuando una ráfaga de viento me trajo su olor de lleno. Miré hacia delante, y allí estaba, sentada en el suelo, con los ojos cerrados, indefensa, sin preocuparse por nada. Con el viento moviéndole el pelo a momentos, ese pelo rubio que la hacía diferente a todos los demás. “¿Qué narices está pensando? ¡Es una inmortal, es normal que sea guapa, es uno de sus fuertes, con eso te atacan, te nublan el pensamiento, juegan contigo!” Me levanté del banco, decidido a matarla, pero entonces ella abrió los ojos, y miró hacia donde yo estaba, pero como si no me viese. Se llevó la mano al cuello y miró una lágrima de luna. “¡Mierda! Ahora sabrá cuando estamos cerca”. Me di la vuelta y me marché. Sin mirar atrás. Si quería matarla tendría que hacerlo rápido y no en un sitio tan abierto, y menos ahora que tenía la lágrima, que la avisaba de cuando estaba cerca y cuando no.

≈ Agarré con fuerza la lágrima y la miré. Estaba brillando con fuerza. Me levanté y me dirigí hacia la salida del parque, como me había dicho Amy, vete a sitios que conozcas bien, sitios con gente, sitios de los que puedas escapar rápido…
Realmente no sabía a dónde ir, asique caminé por las calles más concurridas. La piedra brillaba con nerviosismo sobre mi pecho, me hacía sentir extraña, nerviosa, agitada. Miraba para todos los lados, intentando buscar a la persona que me hacía sentir así, buscaba verle la cara, intentar saber por qué me quería matar, si sabía que estaba allí, saber cómo era…


≈ Ya me estaba cansando de seguirla, era como si jugase conmigo en cada movimiento que hacía. Bajé por un callejón a la calle y esperé a que pasase por allí, para matarla… para verla…
Pasó por delante de callejón y vi la luz sobre su pecho, ella la miró y observó el callejón. Yo no me dejé ver, pero por su expresión supe que sabía que estaba allí. Se adentró con cuidado, buscándome con la mirada, con la curiosidad en aquellos ojos. Me acerqué a ella por detrás, desenvainé la daga…

≈ Alguien me empujó contra la pared y me colocó un cuchillo en el cuello. Sus dedos rozaron mi cintura y me empujaron más contra la pared. Notaba su aliento contra mi mejilla. Podía oír el latir de su corazón y cuando respiré su olor me resultó dulce. Se separó un poco para mirarme a los ojos, parecía decidido a matarme. Si me defendía me mataría en el acto, tenía que esperar a que se despistase.

≈ “¿Por qué no se defiende? ¿Por qué me mira así?” La miré a los ojos. Pude notar como respiraba tranquila, su aliento me daba en la boca, resultaba cálido y agradable. Su pelo le tapaba la mayor parte de la cara, pero dejaba entrever sus mejillas rosadas. Sus ojos me escrutaban con curiosidad. Me fui de allí.

≈ Me incliné hacia delante respirando con nerviosismo. Mi corazón estaba desbocado, mis ojos buscaban en la oscuridad a aquel chico, mirando a ver si seguía por allí, pero no le vi. Me aparté el pelo de la cara y respiré hondo.

≈ La observé desde las escaleras de incendios, “¿Qué es lo que tienes de especial? ¿Por qué no te puedo matar?” Me estaba matando esa duda, pero pensaba descubrirlo.

1 comentario:

  1. esta enamorado!!!! que bonito (L)
    me a encantado este capitulo... es precioso!!!
    Bsoos

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