Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

sábado, 2 de abril de 2011

Capítulo 11.


Me había despertado por la noche con el ruido de mí móvil. Me había llegado un mensaje en el medio de la noche, era de Marcos. Había contestado un simple ‘OK’. Eso me había puesto un poco furiosa, aunque por otra parte era una señal de que él no quería seguir o de que en realidad no había nada entre nosotros.
Esa mañana Taara me había notado que algo iba mal, y Alex apenas se me había acercado. Quería hablar con él, pero tampoco quería acercarme yo, me daba vergüenza. Lo único que llegué a decirle fue que esa tarde no iba a entrenar y que avisase a la entrenadora. Asintió y se marchó, era como si evitase mirarme a los ojos.
Por la tarde apenas le hice caso a Taara. Hablamos de lo que iba a hacer ella por navidades, yo aún no lo sabía. Taara y yo nos separamos en una calle, ella hacia su casa y yo hacia la mía. No sabía si acortar por el parque o dar la vuelta largar, pero como ya era algo tarde decidí meterme por el parque. No es que fuese muy oscura la zona, pero si lo suficiente como para meter algo de miedo.
Al salir del parque vi que alguien se me acercaba por detrás, asique aceleré un poco el paso y giré por una esquina. Me quedé parada esperando para ver si me seguía aún.
Alex giró en la esquina y se paró en seco al verme allí plantada. Me miró a los ojos y sonrió.
-          ¿Huías de mí?
-          ¿Tengo que hacerlo? – Le sonreí esperando que él hiciese lo mismo.
-          A lo mejor, sería lo mejor – Se puso serio de repente.
-          ¿Estás bien? – Me acerqué un poco a él y reprimí las ganas de darle un abrazo.
-          Venga, es tarde – Se dio la vuelta y cruzó la calle. No le seguí, pero cuando se paró y me miró supe que quería que le siguiese.
Caminamos un rato, mi casa seguía algo lejos y la suya también, estábamos caminando sin ningún rumbo y sin acercarnos a ninguna de las dos.
-          La próxima semana tenemos una competición – Me miró de reojo – Aún estás a tiempo de apuntarte si quieres.
-          No sé, tengo que pensármelo – ­Le miré y me paré en seco – Explícame lo de ayer y lo de hoy, porque si vas a estar así conmigo no te lo voy a permitir – Me cogió la cara entre sus manos y me besó. Un beso dulce y rápido. Se separó de mí, y me miró con los ojos sombríos.
-          Esa es mi explicación.
-          Una como otra cualquiera – Me colocó una mano en la mejilla y me volvió a besar, buscando mis labios en todo momento. Me acarició el cuello y me miró a los ojos - ¿Por qué?
-          ¿Por que qué?
-          ¿Por qué ayer no me besaste y hoy sí?
-          Porque ayer me contuve y hoy no – Me miró y al fin sonrió un poco.
-          ¿Ayer te importaba que tuviese novio y hoy ya no?
-          Así es, aunque no quiero hacerte daño – Me miró a los ojos y noté que algo le preocupaba.
-          ¿Daño? – Le miré a los ojos extrañada - ¿A qué te refieres?
-          Te lo explico otro día ¿vale? – Se separó de mi y se dio la vuelta.
-          Mañana – Le miré y se giró.
-          Puede.
-          Puede no – Le miré como si estuviese enfadada, al menos lo intenté. Se rió.
-          Intentar enfadarte no se te da bien – Continuó caminando.
-          ¿Entonces qué?
-          Ya nos veremos Diana.

Me dejó con la palabra en la boca. Ya no era la primera vez que lo hacía, pero esta vez me había fastidiado de verdad. ¿Qué era eso de hacerme daño? Ni que me fuese a matar.
Llegué a casa y eran casi las doce de la noche. Mi madre ya estaba durmiendo, y casi era mejor, no quería que me echase la bronca en ese momento.
Me puse el pijama y encendí mi ordenador. Tenía dos mensajes, uno de Alex, y el otro de… Marcos.
Abrí primero el de Marcos. Me preguntaba si en navidades iba a estar en Londres o me iba a ir a Paris. Decía que a lo mejor podían venirse a su casa y así podríamos hablar.
Abrí el de Alex. Me decía que si quería que se lo explicase mañana le llamase por teléfono y quedábamos.
Había pasado de estar sola a estarme decidiendo por dos chicos. Uno al que apenas conocía y parecía dulce y otro que tampoco conocía que tenía una parte misteriosa que me empezaba a encantar.
Cogí mi móvil y le mandé un sms a Alex diciéndole que me pasase a buscar a las diez de la mañana. A Marcos no le contesté. No porque no quisiese, si no porque no sabía dónde iba a pasar estas navidades.
Justo antes de irme se conectó Gigi.
-          Bonjour Mon Amour! Al fin te cojo, ¿qué tal por Londres?
-          Uff! Tengo muchísimas cosas que contarte amor.
-          Y yo a ti, pero ahora me tengo que ir, mi madre quiere que me acueste ya.
-          No te preocupes ya hablaremos, aún no sé si voy en navidades a Paris con mi padre.
-          Ojalá que vengas, así nos vemos, te echó muchísimo de menos.
-          Y yo a ti… bueno vete ya anda! No te metas en problemas jeje te Quiero Gigi.
-          Y yo a ti Di.

Apagué el ordenador y me tumbé en la cama. Ya quería que fuese mañana. Quería volver a ver a Alex, aunque por otra parte no quería…




No hay comentarios:

Publicar un comentario