Hola! Bienvenid@s, ya sabeis que os toca leer un poquito ;) pero ánimo que es poca cosa jeje espero que os guste! (: UnBeso^^ Bekii

martes, 8 de febrero de 2011

Capítulo 4

Me levanté con dolor de cabeza. Había dormido bastante pero siempre que conseguía cerrar los ojos Marcos aparecía. Es que, es mono, sí, pero tampoco es que me gustase para salir con él. Aunque bueno... No! Diana en que piensas!
Me fuí al baño y me lavé la cara. No es que fuese muy temprano ya, pero tampoco era tardísimo. Me metí en la ducha y me puse a hacer tiempo debajo del agua. Me encantaba estar debajo del agua sin hacer nada. Me podía pasar horas pensando en mis cosas y hoy no iba a ser menos.
Cuando salí seguía pensando en lo que me había dicho Gigi, para que me había dicho nada! Ahora no conseguía sacarmelo de la cabeza. Me puse unos vaqueros y una camiseta verde. Cogí mi sudadera favorita y la coloqué al lado de la entrada junto a mi bolso.
Estaba comiendome un yogurt cuando sonó el timbre. ¿Ya eran las 4:30? No podía ser, imposible!
Me levanté corriendo y fuí hasta la puerta, cogí el telefonillo pero no había nadie. Sonó un repiqueteo en la puerta. La abrí y Marcos estaba esperando al otro lado. Me miró de arriba abajo y sonrió. Era muy guapo! Ai Diana! !Pero en que estas pensando!
- Siento que no podamos ir a a las fiestas - Parecía que realmente lo sentía - Pero tengo algo mejor para ti...
- ¿Mejor que fuegos artificiales y algodón de azucar? - Sonreí, me sentía genial a su lado.
- Mejor no, pero algo es algo - Se separó hacia fuera - ¿Vamos?
Cerré la puerta sin decir nada y le seguí escaleras abajo. Se subió a un coche y yo a su lado. No me miró en todo el trayecto. Yo estaba algo impresionada, estábamos saliendo de Londres, y era todo tan bonito, y sí, aunque sea una cursilada y muy típico lo admito, me estaba enamorando de Londres, y es muy posible que fuese por su culpa ...
Llegamos a una casa enorme y pensaba que el coche pasaría de largo, pero las verjas se abrieron y empezamos a entrar en la finca. La casa tenía pinta de ser enorme, pero la finca era de ensueño. El coche se paró y cuando salí me pareció que me mareaba al mirar hacia arriba. Marcos me dijo que le siguiese y yo lo hice obediente.
En el pasillo principal me perdí. No sabía por cual de las cientos de puertas se había metido Marcos, asique me quedé quieta obervando la cúpula de crital del techo.
- Di ... ¿Vienes o traigo una silla al pasillo? - Salió por la puerta que parecía ser la sala.
- Voy, voy ...
Entré por la puerta e intenté no caerme al suelo de la sorpresa. La habitación no estaba sobrecargada, sino que tenía un equilibrio que relajaba. Me senté en un sillón y me relajé un poco. Estaba nerviosa, y en el fondo sabía por qué, aunque no quería reconocerlo.
- Oh! ya habeis llegado! - Una chica entró por la puerta con un gatito en brazos - Diana - Se acercó a mi sonriente - Siento haberte estropeado la tarde, pero como sé que te gustan los gatos - Me lo acercó y lo cogí encantada - Habría llamado a alguien para que lo cuidase, pero confió más en ti...
- Pero... si no me conoces... - Coloqué al gatito sobre mi barriga y me escurrí un poco para que fuese más plano.
- Con todo lo que dice de ti ... - Me miró a los ojos sin dejar de sonreír y lo susurró, como si fuésemos amigas - Cuida bien de Nana, aunque ya sé que lo harás bien.
Se marchó de la habitación y Marcos se acercó a mi sillón. El gatito estaba jugueteando con mis dedos y se acercó hasta mi nariz para poner la suya al lado.
- Se te dan bien - Sonrió, deslizó una mano para tocar al gatito y la dejó sobre mi cintura - Aunque siento haberte fastidiado los fuegos.
- No lo habeis echo, pedis mucho perdón - El gatito se acercó a mi cintura y se calló hacia un lateral. Me giré para recogerlo y Marcos apartó su mano y se fué a sentar en el sofá - Además, me parece que me lo voy a pasar bien estea dónde estea.- Marcos sonrió mientras cogia en mando de la tele y la encendía.
Jugué un rato con el gatito hasta que este decició cambiarse de sitio y yo me tube que mover hasta su lado. Su brazo rozó el mio y pude notar como un cosquilleo agradable recorrió mi cuerpo. Me resistí a mirarle, no quería fastidiarlo todo. El gatito siguió haciendo de las suyas y se puso sobre Marcos.
- Nana ... - Intenté cogerla pero se tiró hacia el otro lado y mis manos quedaron sobre el costado de Marcos. Me miró a los ojos - Lo siento, es que quiere jugar, y yo tanta energía no tengo...
En lugar de decir nada me cogió la cara entre las manos y me besó. Cerré los ojos y me dejé llevar, aunque parecía que Nana no se iba a estar quieta. Se subió otra vez sobre Marcos y colocó su cabecita entre las nuestras.
- Enana te vas a quedar sin chuches eh! - Marcos la agarró entre sus manos con una ternura insuperable y la colocó sobre sus piernas. La gatita parecía que al fin se había calmado. - ¿Vemos una peli?
- Vale - Me senté un poco apollada sobre él y me rodeó la cintura con un brazo.
La gatita no se movió más en toda la tarde, parecía estar agusto sobre las piernas de Marcos. Y él aprovechó eso, me daba besos en el cuello y me acariciaba la cintura con la mano, la verdad es que no habría cambiado esa tarde por nada.

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